domingo, 23 de octubre de 2011

LETRA CURSIVA

imagen: http://www.clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com


Son como olitas
de tinta que se van
dibujando desde la infancia. 

Se extienden por los cuadernos
balbuceantes de los niños,
los cuadernos ardientes de los poetas
o los efímeros apuntes del comerciante. 

Bailan en las cartas de amor
o tiemblan en los adioses cobardes.

La letra cursiva,
la desterrada de la contabilidad,
calificada y perfecta en las computadoras,
temblorosa en las firmas de los ancianos,
dejará su marca en alguna lágrima de papel
y sal.

sábado, 6 de agosto de 2011

Ver en las mañanas...

Ver en las mañanas
más mañanas que las hormigas,
sentir con el viento
más viento que las hojas secas,
respirar con el sueño
más sueño que los cansados.

Sufrir con los dolores
otros dolores que los sufrientes,
llorar con las tristezas
más tristezas que los tristes,
adelgazar con la pobreza
otro vientre que los pobres.

Poetizar las palabras,
sublimar los colores,
captar las señales lejanas
y luego dormir,
solamente dormir.

fotografía obtenida gracias a: www.lecturasdebolsillo.com.ar

martes, 1 de marzo de 2011

ESQUINAS




A veces quiero volver a las esquinas
de la madrugada en que algunos jóvenes
desgranaban sueños
poemas
amores imposibles.

Quiero volver a esas esquinas
a contarles del futuro,
de qué forma
se fueron olvidando
los sueños
los poemas
los amores posibles.

En una esquina de la nada,
ya viejos,
algunos nos cruzamos
a hablar de los muertos
(o a callar de los muertos),
según corresponda.

martes, 11 de enero de 2011

Suenan tambores...


El ejercicio sencillo de amanecer-atardecer
se descuelga con regularidad.

La calle mojada ha convertido
a la ciudad en un infinito juego de espejos
que reproduce las vergüenzas.

Los sonidos se entrecruzan
como una orquesta enloquecida,
destronando los pensamientos
en una bacanal en que,
uno a uno,
son guillotinados los sueños
y sus amantes, las esperanzas.

Todos buscan un bonaparte
que afiance la locura
y nombre condes y duques a cada delincuente.

Suenan tambores que no quiero escuchar.