miércoles, 4 de abril de 2012

DESATAR NUBES (la resurrección del carpintero)


Tal vez sea necesario
desatar nubes para que
amanezca.

Soltar desde algún rincón
del alma todas las auroras
para invadir la penumbra
y lavarle la mañana
a un presente fugitivo.

Cada mañana nace el día
entre los dolores de la noche,
no hay remedio. 

La resurrección del carpintero
carece de valor ante cada
niño que sonríe o que sufre.
 
Esa resurrección
de cada manito inocente
convoca los tambores
del músculo implacable
del amor.